sábado, 27 de junio de 2009

La "Teoría de la Agencia" en la Política.

Dentro de los aspectos que estudia la Microeconomía, podemos encontrar esta teoría, que junto con aspectos como la Teoría de Juegos, el comportamiento del consumidor, la demanda, los mecanismos de fijación de precios etc... hacen de esta parte de la Economía una rama con múltiples aplicaciones en la vida real no sólo de los mercados sino en otros ámbitos de la cotidianeidad.
Se debe a Jensen y Meckling y versa acerca de los conflictos que pueden surgir cuando en una organización aparecen divergencias entre los intereses del "principal" (propiedad) y del "agente" (directivo). Es decir, los objetivos que tiene el propietario de la organización o quién fija los objetivos reales de la misma no son los mismos que los de las personas que se encuentran en la parte superior de la pirámide jerárquica, o sea, aquellos con capacidad de decisión y responsabilidad en las actividades decisorias cotidianas de la empresa. Es un fenómeno que aparece principalmente en las grandes organizaciones, siendo menos frecuente en las empresas familiares debido a que en estas, la menor dimensión, su menor profesionalización y unos controles más directos la hacen menos probable.
Uno de los mecanismos para evitar su aparición es el establecimiento de mecanismos de control, con mayor o menor periodicidad, a fin de detectar esas posibles desviaciones de los objetivos de la propiedad, junto con acciones dirigidas a incrementar la fidelidad, lealtad y eficiencia de los agentes decisores de la organización.
En ella se encuentra en mayor o menor medida, la causa de la aparición de numerosos incentivos y complementos empresariales como la antiguedad y la retribución variable, tratando esta última de vincular de forma directa la retribución del empleado a los resultados de la empresa.
Si extrapolamos esta Teoría a las organizaciones políticas, podemos plantear que el objetivo de los partidos políticos es mejorar el bienestar y la calidad de vida de la ciudadanía, conseguidas mediante la consecución del poder de cada partido, ya que cada uno se cree en disposición de las mejores ideas, personas y medios para el logro del objetivo primario.
Como observamos día a día, se producen numerosos casos de Teoría de la Agencia, la cual llevada al campo de la política no es más que la prevalencia de los intereses particulares de ciertos mandatarios (agentes) frente a los objetivos organizacionales (propiedad). En estos casos hay que analizar cuáles son las causas de esta divergencia de intereses o prevalencia de los particulares ante los grupales; los partidos políticos deberían velar de forma más rotunda, organizada y consensuada por establecer los mecanismos de control necesarios para evitar estas circunstancias que no benefician al objetivo común.
Además, podemos establecer que si se fija la meritocracia como mecanismo para la definición de las jerarquías, las probabilidades de sufrir diferencias de objetivos sería menor y, sin embargo, observamos día a día una ausencia notable de estos principios en la definición de funciones.
La Teoría de la Agencia es habitual en casi todos los ámbitos de nuestra vida, en nuestra vida familiar, en nuestro trabajo, en las calles .. y desgraciadamente en los partidos políticos y los gobiernos de Estados y Comunidades Autónomas.

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